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WESTWORLD - HUMANOS VS IA

  • Por: Aceves117
  • 3 ago 2019
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 28 oct 2020


En lo que a mi respecta, Black Mirror es una suerte drama cyberpunk que lo que único que rescata es que, si no queremos llegar a un futuro como el que retrata, hay que empezar desde ahora, construir con nuestras conductas y tendencias un espectro de la sociedad que aspiramos algún día ser. En otras palabras, a pesar de su necesidad de contar historias en donde algún gadget nos manipula o nos controla a nivel psicológico, las historia siempre apunta a no seguir esa vía, a tratar de ver el problema del mañana para poder solucionarlo en el hoy. La conversación con tus colegas y amigos después de ver el episodio y averiguar su postura sobre tal o cual sería la situación que pudiesen prevenir, y que harían que no pensó el protagonista. Supongo que eso es parte de la magia de Black Mirror, generar polémica, conversación, interacción. Para ser una serie que habla de los miedos del futuro y las relaciones sociales que devendrán de estos, su resultado es todo lo opuesto, genera debates, discusiones y platicas acaloradas del porvenir de las futuras generaciones. Como sea, acaba de pasar la Comic Con, y a propósito de Black Mirror, se acaba de anunciar la tercera temporada de Westworld, una serie a la recién llegue y que me ha cautivado de principio a fin. Se que la comparación no viene cuento, pero hablado de dos productos que muestran el miedo al futuro y sus posibles consecuencias, Black Mirror me sirve como introducción a una serie en donde mas que hablar del miedo al futuro, uno de sus temas centrales es el miedo que nosotros infundimos ante nuestra propia naturaleza ruin y violenta, hacia aquello que consideramos el futuro (por si cabe dudas, me refiero a la inteligencia artificial).


Ahora que ya empezamos tema, habría que empezar por el principio, y como actualmente todo resulta ser una copia de la copia, habremos de trasladarnos a 1973, ya que para sorpresa de muchos, Westworld resulta ser una adaptación. En lo particular, disfrute mucho de la versión de la gran pantalla de antaño, ya fuere por su estética setentera, sus diálogos pausados característicos de la época, o por los efectos especiales casi inexistentes que denotan un estilo sobre la sustancia, ahora que tuve que revisarla, para mi buena suerte tuve una experiencia que en el gran esquema de las cosas, me ayudo a vislumbrar que la idea de la inteligencia artificial es un tema con el que hemos jugueteado durante décadas, y lo que antes en cintas como estas parecía mas bien anecdótico o mera ciencia ficción, es hoy en día cuando vemos el fruto de esas historias que soñábamos como una realidad. En cualquier caso, así como la idea de que estas nuevas creaciones llegasen a ver la luz algún día, la paranoia y el miedo porque estas se revelaran contra nosotros es, asimismo, una idea que permea a los expertos de actualidad.

Resulta pues que la cinta de Westworld va sobre un parque temático con el mismo nombre que para el goce y el asombro de los visitantes, se encuentra tematizado con los rasgos característicos del viejo oeste, hasta ahí, nada fuera de lo normal. Lo interesante surge cuando la atracción no es precisamente el parque, si no lo que se puede hacer allí, ¿qué? Pues, prácticamente todo y cuanto se pudiese hacer en viejo oeste, ¿quieres pasar un rato en la cantina? Servido, ¿quieres montar a caballo y perseguir a unos cuantos forajidos? Dalo por hecho, ¿te gustaría atracar un banco y matar a cuanto desdichado se interponga entre tu y el botín? Como desees. La única limitante es la que mente se auto infrinja. En ese sentido, la pregunta de millón sobresale sin muchos esfuerzos, ¿Cómo es posible crear un mundo vivo en cual hacer y deshacer sin crimen y castigo? Dos palabras: Inteligencia Artificial. Que importa asesinar a toda una familia de campesinos si son mas que simples robots con respuestas predeterminadas y ciclos que recorrer a lo largo del día (si algo nos han enseñado los videojuegos, es que tu tiempo se disfruta mas asiendo fechorías que en la sociedad serian fácilmente criticadas). Pero como la cinta no espera que veamos 2 horas de como dos sujetos harían exactamente lo mismo que nosotros, para su mala suerte aquellos robots que quienes fueran utilizados para divertir a sus creadores, cobran conciencia de si mismos y terminan por masacrar a todos los visitantes del parque en un acto de rebeldía.


En ese sentido, la versión de 1973 es muy directa y solo se limita a presentar el mundo y sus reglas, mas allá de eso, las dos subtramas nos ponen en sintonía para mostrarnos primero, quienes habitan el mundo de Westworld y como es que los visitantes interactúan en ese entorno supuestamente controlado, y segundo, los ingenieros y científicos que logran que la maquinaria del parque salga a flote. Así pues, es importante que nos centremos en estos dos puntos porque aunque similar, la serie sigue estos dos arcos de forma que su introducción es mas bien un In crescendo prolongado y constante, haciendo que puedes llegar al episodio cinco y aun seguir abrumado por la constante saturación de información. Como sea, en términos generales la base se mantiene, la visión del visitante que llega a un nuevo mundo lleno de posibilidades, y la de los ingenieros que poco a poco descubren que algo no anda bien, y aunque lo que se contase en la cinta respecto a los robots daba para una reinterpretación en su papel como el esclavo que se libera de sus cadenas, el arco de Dolores (la protagonista de la serie) gira en torno a la búsqueda de respuestas que la llevan a descubrir emociones humanas genuinas como el amor, y luego la ira que la consume por dentro hasta acabar con aquellos se divirtieron a costa de su sufrimiento durante décadas.

Aunque ya es un tema bastante masticado en Hollywood, Westworld sabe que la historia de la maquina que cobra conciencia de si misma puede dar mas de lo que pudiésemos esperar del genero. El personaje de Bernard por ejemplo, es individuo quien parece estar en control de sus decisiones y durante sus intervenciones se denota una clara intención por conocerlo cada vez mas, su relación intima con su jefa, el asombro y el temor que le producen los anfitriones, su curiosidad por ver hasta donde puede llegar el despertar de Dolores, y su miedos y desgraciaa por la muerte de su hijo años atrás. La serie no malgasta tiempo y nos introduce a un personaje que a todas luces es humano, y cuando Robert nos muestra la verdad sobre Bernad, es un punto de quiebre, a partir de ahí, todo lo que se ve y se narra puede que no sea lo que parece. Así pues, si Westworld de 1973 es historia de reflexión sobre nuestros excesos, la serie toma eso principios y nos muestra el significado de ser humano y la importancia de el auto descubrirse. Para algunos el viaje del auto descubrimiento los lleva a pertenecer, para otros es sumirse en las pasiones, y mientras tanto la línea entre que significa ser humano se hace cada vez mas delgada. La existencia se torna mas bien un precepto regido por la premisa de que aquello que existe debe estar vivo, pero si ve como un hombre, camina como un hombre y piensa como un hombre, ¿Qué es entonces?. La serie sigue esta filosofía y la mezcla con su necesidad para que empaticemos con sus protagonistas para que cuando llegue su momento, mas allá de romper sus cadenas e huir, estos deciden tornar el juego de sus amos en su contra, apagar el fuego con fuego, violencia con violencia, y a pesar del horror y convertirse en los antagonistas, creer es sus acciones como un acto de genuina liberación.

Ya sabemos como resulta todo, y si por casualidad llegan a ver la cinta 1973, la segunda temporada les parecerá mas bien una escusa por alargar mas una historia que se contaba en 120 minutos. En cualquier caso, una vez terminada la primera temporada, aquella frase “Pienso, luego existo” sirve para entender a Westworld como una serie que se divide en dos partes. En la primera se explora al ser, en donde conocemos de lleno a su protagonista, Dolores, cuyo camino por entender quien es, su posición en el mundo y el papel que tiene que interpretar la vuelven sumamente atrayente. No es solo el hecho de su papel en la historia que se trata de contar apela a una sensación de que su búsqueda personal que surge de forma inesperada y por mera casualidad es solo un juego sumamente orquestado que tiene un propósito mas bien egoísta y oscuro, si no que su trama que surge a partir de dos líneas de tiempo en paralelo ejemplifican a la perfección su condición y el proceso que tiene que seguir para convertirse en la individuo que esta destinada a ser. De hecho la premisa que se viene jugueteando en la serie de Wyatt en paralelo con la de Dolores, en el momento en que descubre que ella puede decidir si convertirse o no en Wyatt, no es mas que una reafirmación de que a veces, todos en ocasiones quisiéramos ser una persona diferente, de hecho a veces lo somos dependiendo del contexto y la situación, lo que refuerza la idea de que nuestra identidad no es mas que el fruto de una serie de condicionantes que al igual que una maquina, estas puede cambiar. En ese sentido, la serie sigue este principio al mostrarnos como es que a lo largo de los años, los anfitriones han cambiado sus narrativas innumerables veces, algo que denota que sin importar la proyección que emitimos en un plano físico, al final nuestra identidad no es mas que un cumulo de directrices que se fueron escribiendo y reescribiendo fruto de un pasado y experiencias hasta llegar a la personalidad que ahora poseemos.


Y cuando la serie por fin llega a su cúspide, es cuando llegamos a su segunda parte, la del existir en consecuencia de tus decisiones. El hilo conductor se mantiene, los esclavos se revelan y empiezan a masacrar a sus viejos a amos. Es aquí cuando la serie pierde un poco el enfoque anterior y se limita a distribuir su información a través de sucesos o flashbacks del pasado que se contraponen con la situación del presente. No es malo, pero se deja su base filosófica para dar paso a una narrativa de acción y reacción que se limita a tiroteos frenéticos, planes rebuscados o misterios no resueltos. Sin embargo, la curiosidad y parte de la magia de un thriller de misterio se mantiene, y resultado al final de nueva cuenta es sobresaliente.

Para este punto, quien sabe si la tercera temporada seguirá siendo un In crescendo o se limitara a explotar una historia que en líneas generales, debió acabar en la primera temporada. Al final del día, cualquiera que sea su destino, ya estoy adentro de este barco y ya sea que se hunda o que llegue a mejores costas, creo que seguiré con él por algún tiempo. No se que puede hacerle frente en estos momentos, Netflix y todo su repertorio de contenidos exclusivos siempre me huele a producciones prueba, chicle y pega dirían algunos, y como tal no cuento con una cuenta de Amazon, ya ustedes dirán que tal. Pero si lo que se busca es que el poco tiempo de ocio que se dispone sea bien invertido, Westworld no tiene desperdicio.

 
 
 

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