RAISED BY WOLVES - EL GÉNESIS DE LA FE
- Por: Aceves117
- 30 oct 2020
- 9 Min. de lectura

Hace tiempo que querido escribir sobre la franquicia de Alien… Para serles franco, muchas son la cintas que están dentro de mi lista de películas favoritas, y muchas de están las he visto varias decenas de veces, y para mi, el octavo pasajero es por mucho la que mas me gusta y que más he visto. Así soy yo, cuando una peli me gusta la veo una y otra vez, y llegado el punto, hay veces que solo vuelvo a verla simplemente para tener algo que escuchar mientras hago otra actividad. De ninguna manera eso me hace espacial, estoy seguro que todos tenemos una cinta favorita que hemos visto ciento de veces, y en mi caso, el gusto por esta cinta ha hecho de el genero de ciencia ficción, mi genero predilecto a la hora ver y buscar nuevos títulos. Así pues, con tantas series compitiendo por nuestra atención, es fácil pasar de largo cuando se tiene un estreno cada semana, y con la llegada de las plataformas de streming, la competencia se encrudecido de forma positiva por tratar de abarcar la mayor cantidad de géneros con la mejor calidad posible. En ese sentido, series como Altered Carbon, Black Mirror, Stranger Things, Perdidos en el espacio, Stark Trek Discovery, y mi favorita personal Westworld, son algunos de los materiales que he tenido la fortuna de ver.
Volviendo con Alien, a decir verdad, si bien esta franquicia sigue siendo vigente a día de hoy, es fácil darse cuenta en el referente en que se convirtió para el género. En cualquier caso, con el arribo de su director original Ridley Scott para sus precuelas, es cuanto menos notorio su afán por alejarse de lo ya escrito en las entregas posteriores de la saga. Tampoco diría que su inclusión como director llevo a una reinvención de la franquicia, pero se nota a leguas su interés por contar una historia con tintes filosóficos sobre nuestra condición como especie, nuestro propósito, y ¿Por qué no?, dar respuestas a la pregunta del millón que miles de ateos y creyentes nos hacemos ¿fuimos creados por una entidad o somos fruto del gran caldo primigenio?, aunque claro, siempre obligado a parchar su hipótesis con su maravillosa ficción envuelta por una historia que lo ha forzado a que aparezcan los dichosos Xenomorfos. Después de todo, seria muy raro ver una película de Alien sin el alienígena ¿cierto? (Prometheus). En cualquier caso, bajo esta premisa, es evidente que Ridley Scott ha intentado contar una historia que va mas allá de los dichosos Xenomorfos, o al menos así me lo ha parecido en las ultimas dos entregas. Pensando de ese modo, la necesidad de este creativo por alejarse de esta propiedad para poder seguir contando su tesis es una idea no tan descabellada, recordemos que fue el mismo Ridley quien dirigió Blade Runner, una obra de culto que de nueva cuenta sigue siendo todo un referente para el género cyberpunk. Así pues, sin querer llenar de flores a este peculiar director, si puedo decir que todo lo que venga de él es una cita en mi sillón obligada. Volviendo con las series, hace unos meses atrás se rebelo que la casa detrás de Westworld, HBO, estaba trabajando en una serie de ciencia ficción con el mismísimo Ridley, y como era de esperarse, apunte fecha y hora de estreno para la nueva propuesta de Scott, ahora en la pantalla chica. Y es que con todo lo que hay que ver, pocas son las producciones en donde directores de este calibre se mezclan para desarrollar historias por encima de las dos horas de duración, y con el presupuesto de una casa como HBO, la nueva serie no pintaba nada mal.

Ya entrando en materia, Raised By Wolves, traducida como “Criado por lobos” es una serie de ciencia ficción que empieza con el descenso de dos androides (Madre y Padre) en un planeta desconocido. Ya instalados en la superficie, estos comienzan con la gestación de embriones humanos; Meses después, con los bebes recién nacidos da inicio su misión: criar y mantener con vida a estos niños bajo la doctrina atea para sentar las bases de una futura civilización sin los dogmas o creencias sobre la existencia de deidades o un plan mayor. Sin embargo, a pocos años viendo en el planeta, uno a uno, los niños sufren los golpes de la naturaleza y poco a poco empiezan a sucumbir. Campion, siendo este el ultimo de los niños, ve sus esperanzas de supervivencia reducidas, y sin propósito o algo que creer, poca esperanza le queda para continuar con la misión. Sin embargo, es aquí cuando aparecen los Mitriacos, una facción humana religiosa y fanática quienes ganaron la guerra en contra de los ateos, a costa de la destrucción de la tierra. Estos al interceptar la señal de la base en el planeta, descienden solo para ser confrontados por Madre, ya que al ser una Necromancer, ésta destruye la nave de los Mitriacos, y captura a los niños que habitaban dentro para continuar con su misión. Ahora bien, esto es lo pasa solo en el primer episodio. Si querer spoiliar más de lo debido, y tratando de abarca los más posible, la serie cuenta con diez episodios, y ella predomina tres arcos principales. El de Madre, el de Campion, y el de Marcus.
Centrándome en el primero, el arco de Madre nos narra la historia de una inteligencia artificial que poco a poco comienza a desarrollar conductas humanas. Durante los primeros episodios, su desarrollo nos presenta a un androide que bajo una programación que emula los rasgos o aptitudes de una madre, esta se ve con la incapacidad de poder estar a la altura de sus responsabilidades. Sin negar el magnetismo que emana su personalidad tan racional, la serie juguetea con el personaje de Madre como una especie de antagonista al tratar de cumplir con su misión. Aun así, no es solo que el personaje carezca de cierta empatía en los primeros episodios, si no que mas bien, su falta de emociones desemboca un desarrollo que como se podrán imaginar, poco a poco comienza a desarrollar emociones humanas genuinas como el amor, el apego, el miedo y los demás rasgos característicos de un ser humano. En ese sentido, parte de la magia de este personaje se centra en su relación con el mismo Campion y su necesidad por cumplir su misión. Como es de esperarse, la serie plantea una serie acontecimientos que la obligan a reposicionar su postura bajo la premisa de que nada es casualidad, y aunque todos podemos estar de acuerdo en que esto no reinventa la rueda, el desarrollo de Madre y la profundidad del personaje consiste en el hecho de que más allá de su condición como una creación del ingenio humano, ella se pone a merced del plan de su creador y sigue de forma casi espiritual los deseos de ser que en perspectiva, murió hace mucho. Esta idea sobre la fe y la razón permea en toda la serie, y aunque a mitad del argumento se aleja de ese principio para dar paso a la trama que se cocina desde el segundo episodio, su base se mantiene, y aplica a todos sus personajes.
En el caso de Marcus, por ejemplo, su historia comienza con su pareja Mary. Él, quien originalmente tenía por nombre Caleb, lucha por huir de la tierra debido a la guerra religiosa entre los Mitriacos y los Ateos. Durante un encuentro con un equipo enemigo, estos los asesinan y logran transferir los rostros de los caídos a sus caras para hacerse pasar por estos, adoptando sus alias y logrando eludir a los Mitriacos durante su acenso a el arca. Sin embargo, ninguno de ellos contaba con el hecho de que la pareja que asesinaron eran un matrimonio con un hijo fruto de la relación. Esto, como es evidente, crea un escenario donde la falta de conocimiento de Marcus y Sue con la fe Mitriaca los obliga a empaparse de ella para no crear sospechas. Ya avanzados en la trama, debido a las creencias Ateas de Marcus, su necesidad por no ser descubierto lo obliga a crear una farsa que comienza a sembrar la idea de que talvez toda la verborrea de los Mitriacos tiene un sentido espiritual genuino. En otras palabras, un Ateo consagrado comienza a cuestionarse la naturaleza de su existencia, a tal punto que termina por adoptar la fe a un nivel que raya en el fanatismo irracional que alguna vez crítico.

Con estos dos apuntes, uno pensaría que la serie trata de exponer que tanto la raza humana, así como todo lo que venga de ella, tiene que tener un sentido, o un propósito para continuar, llámese misión o destino. Así pues, me gusta como se correlacionan el desarrollo de Madre y del Marcus. Sin tratar de spoilear más de la cuenta, ambos personajes son propiciados a plantarle cara a situaciones que los someten a plantearse sus motivaciones y la naturaleza de su realidad, a tal grado que llevan a sus respectivos arcos a los extremos. Por un lado, un androide programado para ser una madre, logra desarrollar una conexión maternal genuina, y por el otro, un hombre alejado de la creencia de alguna deidad o ser trascendental, termina por sucumbir a los deseos de algo mas grande que él. En ese sentido, pareciera que la intención de Scott es realzar la figura de Dios por encima de la creencia de que nuestra existencia es mera casualidad. Volviendo con los personajes, el arco de Campion se desarrolla bajo la tutela de Madre; al ser esta ultima un androide, ella le rebela los orígenes de la humanidad y su afán por obtener respuestas sobre su origen como especie. Considero que Campion no es un personaje complicado, y es que al ser éste el último de los niños, él comprende que usando la lógica nunca obtendrá un escenario favorable, por lo que éste se rinde ante la fe de los Mitriacos para obtener el consuelo que la razón nunca podrá darle. Sin embargo, es ambivalente y constantemente se cuestiona sus propias creencias al no tener una visión clara de qué es en lo que realmente cree, de ahí florece la magia Campion, porque es lo que considero el punto medio. Haciéndome chaquetas mentales, de cierta forma es Scott diciéndonos que podemos creer en lo que queramos, que al fin y al cabo, eso no nos hace mejores o peores personas.
Hablando de realzar la figura de Dios, la serie abunda en información sobre la religión de los Mitriacos, conocemos parte de sus costumbres, su credo, sus rituales, etc. Mas allá de generar imágenes y crear montajes para sumergimos de lleno en la historia, lo cierto es que aunque la serie hable sobre la fe y el vacío que se genera, tampoco niega el fanatismo irracional, las conductas sumisas, o el hecho de la necesidad de que la religión Mitriaca predomine sobre los demás dogmas al punto de causar una guerra en nombre de su Dios. En ese sentido, aunque parte del argumento se centra en generar la incógnita sobre la existencia de un Dios, la serie no hace concesiones a la hora de retratar la institución de la iglesia como un grupo intolerante, manipulable y con defectos propios de quienes la componen. En ese sentido, la serie obvia por completo a los Ateos. Si bien, ante la definición de la palabra, es fácil suponer que es una facción que niega la creencia de Dios, pero en la serie nunca se toca a los Ateos, como si no hiciese falta porque acá el problema no son los que creen en nada, si no los que creen en algo. No es como que los Ateos fueran los buenos, que al fin y al cabo, nunca lo llegamos a saber, pero sí es evidente la intención por poner sobre la mesa la idea de que hay un plan o algo que mueve los hilos del destino para que ocurra lo que esta predestinado a ser.

Aun así, mas allá del mensaje que pueda entretejer la serie, lo cierto es parte de su magia erradica no su conflicto, si no mas bien en su visión sobre el futuro que trata de recrear. Y es que con tantos materiales allá afuera, es muy difícil crear un universo audiovisual original. Si bien, uno podría suponer que con la dirección de Scott cabria la posibilidad de esperar un estilo particular de dirección artística, lo cierto es que la serie tiene una vibra muy particular que la separa de entre el resto y logra compartirnos imágenes muy impresionantes. Si bien el presupuesto de HBO no es poca cosa, cabe destacar que aun en los episodios más flojos se las ingeniaron para seguir contando su historia. Sobre decir que a veces menos es mas aplica en esta clase de casos. Es que sin llegar a ser repetitiva, los episodios me parecieron consecuentes y progresivos, cosa que a veces no ocurre por darle vueltas a la historia con la utilización de los flashbacks. Aunque debo admitir, el recurso existe en la serie, pero pasa de el rápidamente para situarnos en el aquí y el ahora.
Sea como sea, lo cierto es que aun con todo lo antes dicho, la parte creativa es quien se lleva los aplausos en esta ocasión. Como dije al principio, es bueno que directores como Ridley Scott continúen trabajando en proyectos con completa libertad creativa. Inclusive, no hace falta rebuscar mucho por el internet y encontrar artículos o videos sobre la relación entre la serie y el universo de ALIEN. Se nota el genio de Ridley, que sin ser continuista, imprime su estilo dotando a la serie de una belleza sutil pero perceptible en sus imágenes. Con esto no quiero decir que es una obra maestra, desde luego, pero no me había interesando tanto en una serie de ciencia ficción desde la primera temporada de Westworld, y aunque desde mi perspectiva la serie pierde ritmo en su tramo final, es innegable la bocanada de aire fresco, que a expensas de la comparación con ALIEN, es refrescante, misteriosa, excitante, lúgubre por momentos, ominosa en toda su extensión y una invitación a todos los que disfrutamos de la ciencia ficción.
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