JOHN WICK 3 - CRÍTICA
- Por: Aceves117
- 21 may 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 28 oct 2020

El cine siempre cambia. En los años 60´s el cine de acción tenía en sus filas a tipos como John Wayne y Clint Eastwood, en los 80´s a Chuck Norris, Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis y Sylvester Stallone, a inicio del nuevo milenio aparecieron personalidades como Matt Damon, Jason Statham, Tom Cruise y Daniel Craig, y ahora, a pesar de su interpretación de Neo en la saga de MATRIX y en muchas otras cintas del género, Keanu Reeves ostentan el personaje más ágil, rápido y letal que el cine de acción tiene en su haber. Así pues, John Wick está de regreso, y con la mano experta de Chad Stahelski, no pudiésemos esperar menos del siguiente capítulo de una de las sagas de acción más frenética y coreografiada de los últimos años.

Una vez dicho lo dicho, John Wick 3 expande y amplía lo antes visto en las entregas anteriores. En ese sentido, cada departamento de la producción aumenta la apuesta como Dios manda con locaciones cada vez más extravagantes, secuencias de acción aún más elaboradas y vistosas, y una historia que, aunque mantiene el hilo conductor, expande sus posibilidades incorporando nuevos personajes y nuevas ramas del interesante submundo criminal como lo fuera la Orden Suprema y las tan importantes reglas que mantienen la balanza del mundo en equilibrio (dizque para diferenciase de los animales).

Ahora bien, aunque la historia es entretenida y nos muestra a un John que en líneas generales es solo un sobreviviente, sabemos de antemano que aquí lo que realmente importa en esta clase de películas, es el tan apreciado e invaluable arte del “headshot”. Así pues, si la entrega original de John Wick (2014) era una declaración de intenciones y John Wick 2 (2017) una reafirmación, la nueva entrega es una explosión de adrenalina en donde los golpes, cuchillos y disparos dominan por completo el discurso. Y es que, aunque referencias hay y por montones, el frenetismo y esa necesidad de que cada golpe, movimiento o disparo sea tan preciso y realista, desborda un mar de sensaciones sumamente emocionantes que, aun en situaciones que rayan lo ridículo, estas no desentonan y generan una identidad única y fácilmente reconocible. En términos simples, las secuencias de disparos de John Wick 3 son para la acción lo que el ballet es para el baile, meticuloso, disciplinado, duro, ¡bello si se quiere!, es el espectáculo de acción perfecto. La mejor coreografía aunado con el montaje, mas que tocar la excelencia, raya en lo obsesivo. Sin tuviese secuencias de persecuciones en autos de lujo como Fast and Furious o vehículos voladores, John Wick podría ser sinónimo de acción aquí y en china.

Así pues, ¿John Wick 3 es más de los mismo?, la respuesta simple es sí, ¿eso es malo?, obvio no. Es lo que es, la tercera parte de una trilogía que desde el principio piso fuerte y por todo lo alto como la nueva cara del cine de acción palomitero de Hollywood, y ahora en su más reciente entrega, Keanu Reeves se perfila para dejar su huella con los grandes del género con una cinta que realza las virtudes de las entregas pasadas y despunta como una de las mejores cintas de acción de lo que va del año. Y si esto fue solo por un perro, imagínense…
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