BRIGHTBURN - CRÍTICA

"Diario de Rorschach. 12 de octubre de 1985, esta mañana me he encontrado un cadáver de un perro en un callejón. Tenía una marca de neumático sobre su tripa reventada. Ésta ciudad me teme. He visto su verdadero rostro. Las calles son alcantarillas alargadas, y esas alcantarillas están llenas de sangre, y cuando se forme una costra en los desagües todas las alimañas se ahogarán. La mugre acumulada de tanto sexo y tantos asesinatos les cubrirá con su espuma hasta la cintura, y todas las putas y los políticos alzarán la vista y gritarán: ¡Sálvanos! y yo susurraré: No...". Y así despunta uno de los muchos enmascarados que, aunque tenga las mejores intenciones, no puede hacer caso omiso a su naturaleza ruin y violenta.

Ahora bien, Superman (quien naciera en 1933 en el comic The Reign of the Super-Man) tiene con nosotros aproximadamente ochenta y seis años. Casi un siglo con nosotros y a día de hoy, sigue siendo una figura en donde cualquiera te dirá “él es el bueno”. Siempre lo ha sido. Aquel que llegase de un planeta lejano un día de como cualquier otro a la granja de los Kent, siempre será recordado como un símbolo de paz, de ayuda a quien lo necesite, y de valor ante aquellos que tratan de dar rienda suelta al caos y al pánico. Y sin embargo la pregunta persiste, ¿qué pasaría si el súper hombre no estuviese a la altura?, ¿Qué sucedería si Superman cayese en el foso en donde están metidos sus peores enemigos?, ¿y si aquel que siempre estuvo ahí para cuidar y proteger es del que tenemos que cuidarnos?

Bueno, a todas esas preguntas llega Brightburn, una cinta que pretende mostrarnos una visión alternativa del hombre de acero, en pro del miedo y terror que infundiría un ser de otro mundo con dones que cualquiera utilizaría para mejorar este mundo, en una herramienta para infundir pánico y dolor a quien que ose interponerse en el camino.

Ya entrando en materia, Brightburn presenta a Brandon. Un adolescente que, al igual que Clark, este cuenta con habilidades sobre humanas como lo fuesen fuerza, velocidad, y vista mejoradas, así como la capacidad de poder volar por cielos. Este, quien fuera adoptado por los Breyer al ser encontrado cerca de su granja tras el impacto de su nave nodriza, es azotado por los cambios hormonales de la pubertad de un adolescente ordinario. Durante sus noches de sueño, este comienza a entrar en una especie de trance, fruto de su antigua nave quien pareciera comunicarse a través de sueños y pesadillas, cosa que para para la mala suerte del condado de Brightburn, solo acrecientan en Brandon la idea de ser un ser superior, y una insana y horripilante fantasía de conquistar a la raza humana. Ahora bien, a diferencia del hombre de acero, la historia nos lleva por un camino completamente opuesto a las cintas de origen de cualquier superhéroe convencional, ya que Brandon más temprano que tarde, utiliza sus dones para infundir miedo y miseria a quienes considera malas personas o a quienes osen contraríalo en sus decisiones.

Así pues, a expensas de no contar con un villano o némesis, lo único que se interpone entre Brandon y su maquiavélico plan, son sus padres Tori (Elizabeth Banks) y Kyle Breyer (David Denman). Esta relación y como se aborda crea a mi perecer, una fantástica dinámica en donde el juego de las mentiras y los engaños de Brandon hacia sus padres va calando cada vez más profundo en los angustiados Breyers por ola de desgracias que azotan a quienes tienen contacto con su hijo, lo que crea una narrativa genuina y original que por momentos llega a tener atisbos del género de terror Slasher , algo que en el cine de súper héroes nunca se había abordado y doy gracias por ello. Por consiguiente, si bien Brightburn por momentos cojea al tener los típicos clichés y situaciones que, en esta cinta me parecen un tanto absurdas (ya que Brandon pareciera saber el ritmo y la dinámica de cómo funciona el terror, como es el ocultarse, aparecer, y asustar cuando lo único que tienen que hacer es darle un buen coscorrón a cualquiera que se le ponga enfrente y con eso tiene), no desmerita la intención del director David Yarovesky y de los guionistas Mark y Brian Gunn de crear una historia alterna del súper hombre que, a mi juicio, es de lo más refrescante y atrevido después de la ola imparable de Marvel y del MCU.

Solo el tiempo dirá si Brightburn pasará como el precursor de un posible nuevo sub-género de súper héroes, o solo una ajuga en el pajar del cine de terror palomitero, sin pena, ni gloria. Por mi parte, una imperdible para los fans del cine de terror y súper héroes, lo mejor de ambos mundos.