AVENGERS: END GAME - CRÍTICA
- Por: Aceves117
- 30 abr 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 28 oct 2020

Después de casi un año desde el nudo el en la garganta que nos provocó Avengers Infinity War, con aquel final que dejó a más de la mitad del público y fans sorprendidos por igual, es hora de dar por concluida la historia que dio comienzo hace más de diez años; y es que Avengers End Game, no solo representa la conclusión del arco del Infinito, sino que, además, es el cierre de una de las sagas más rentables, conocidas y apreciadas por el mundo (al menos así lo sugiere la taquilla y la crítica).
De entrada, hace un año recién con el estreno de Infinity War, la conversación estaba enfocada en cómo crear un producto audiovisual en el cual contuviese una gran variedad de personalidades que interactuasen entre si y dejarles momento para brillar sin opacar a los demás durante la trama. Y es que si algo nos dejó claro la Liga de la Justicia (2017) , es que aunque a veces suene tedioso o aburrido, es mejor tener una historia de origen y cocinar todo a fuego lento, en vez de lanzar toda la carne al asador (los estoy viendo Flash, Aquaman y Cyborg). En ese sentido, considero que aunque End Game hace un excelente trabajo por ofrecernos momentos de sobra para cada uno de los personajes, considero que es inevitable sentir que el foco de atención reside en Steve Rogers y en gran medida en el inigualable Tony Stark. Esto es una sensación que porciento llevo sintiendo desde la última película del hombre de hierro (Iron Man 3 – 2013), ya que todas sus intervenciones en cintas como Avengers: Age of Ultron (2015), Civil War (2016) o Spiderman: Homecoming (2017), siempre se comían cada escena en la que aparecía, fruto talvez de la personalidad tan magnética y carismática que se ha ido cocinando a lo largo de los años. Con estos no quiero decir que estos se lleven todo el espectáculo, si no que más bien la mayoría de los momentos emotivos o con cargas dramáticas sale a relucir por mucho con este dueto memorable. Eso si bien no es un problema ni mucho menos, si termina por opacar a aquellos que bien tienen mucho que aportar como Thor o Hawk Eye, que sí tienen sus momentos y es inevitable no empatizar con ellos, pero más de ellos no hubiese estado nada mal. Y hablando de personajes, dentro del popurrí de superhéroes del MCU, desafortunadamente me hizo en falta Carol Danvers (Capitana Marvel) ya que mucho se especuló sobre su intervención en esta cinta, como para que solo quedase relegada a una secuencia de acción y poca más. Aun así, y retomando Infinity War, hasta entonces nunca habíamos visto un crossover de personajes tan variados juntos con un solo objetivo, y en si lo visto hace un año era tema de celebración, End Game (al menos es el último tercio) es sin duda una carta de amor hacia aquellos que han seguido la franquicia a lo largo de los años.

En cuanto al villano, si por algo Infinity War tuvo el impacto que tuvo, fue sin lugar a dudas gracias a Thanos y su increíble despliegue como el némesis de la denominada saga del infinito, y ahora en End Game, aunque más relegada y apartada su intervención, no quita dudas cuando debe hacerlo (y valla que sobran los momentos), ya que cada aparición suya en pantalla nos recuerda porque es el único que realmente puede poner a sudar, sangrar y en algunos casos vencer los héroes más poderosos del mundo. Y si bien esta historia no es más que una épica entre el bien y el mal (en donde sabemos que el bien siempre triunfara), gracias a Thanos, el triunfo resulta una verdadera odisea llena de tensión, emoción, alguna que otra lagrima y varios gritos de verdadera exaltación.

En cuanto a la sustancia, si bien podría ser meritorio de spoilers, lo cierto es que siendo una de las cintas más taquilleras de la historia, dudo mucho que hallas llegado a este texto sin antes haberla visto. Dicho lo dicho, y no siendo un fan de los comics, la trama que nos transporta cinco años al futuro, consigue sumergirnos en un aura de pesadumbre y derrotismo que francamente disfrute, ya fuere porque en las ultimas cintas de los vengadores, todo era muchos edificios destruidos pero pocos muertos o porque como dije antes, siempre sabíamos que al final de las dos horas, nuestros héroes siempre saldrían bien librados. Aquí por contrario, los eventos ocurridos en Infinity War son irreversibles (al menos al principio), con lo cual todo cuanto se nos muestra en pantalla son los estragos de los esfuerzos fallidos de Steve, Tony y compañía. Algo que nunca se había visto al menos en entregas anteriores, y es que ver a una Natasha tomando el liderazgo del equipo, a un Clint sumido en el odio, un Thor con problemas emocionales y de peso, y un Tony Stark derrotista y más cínico que nunca, solo colocan los ladrillos para una historia de búsqueda y esperanza que solo puedo comparar con la última cinta del Señor de los Anillos: El Retorno del Rey. Así pues, la trama aborda tópicos ya antes visto en entregas anteriores de Ant-Man como fueran las partículas “PYM” y el reino cuántico, medios que utilizaran los Vengadores para poder transportarse en el tiempo y poder recuperar las gemas del infinito antes de que Thanos las encontrase y regresar todo a la normalidad. Esto sin dunda, (aunque cliché y ya antes abordado en numerosas cintas de ciencia ficción), resulta increíblemente satisfactorio al ver a nuestros personajes volver en momentos específicos del MCU e interactuar desde otra cara de la misma moneda. Y aunque en papel muchas de las acciones que se realizan pudiesen afectar a la línea temporal del MCU, considero que mas que un error de cronología, esta decisión (que considero deliberada) contribuye enormemente a la generación de nuevas teorías por parte de la gran comunidad de fans, ya que aunque claramente End Game representa el final de un ciclo, la historia de los personajes de que crease Stan Lee, está lejos de acabar (y menos con la descomunal cantidad de dinero que ha recaudado en taquilla).

Así pues, concluyo estamos ante una obra redonda, llena de altas y bajas en donde la suma de sus partes la hace una experiencia vibrante y emocionante que aun escribiendo este texto, no puedo no sentir cierta tristeza por el final de un ciclo que acaba de terminar, y solo poder resignarme a confiar ciegamente en un futuro aún desconocido, pero lleno del placer de la grandiosa incertidumbre. Esta no es una cinta de superhéroes, es la cinta de superhéroes, y sin temor a equivocarme, el fenómeno End Game ya tiene su lugar en la historia del cine, y si había una forma dentro de doce millones de posibilidades de cerrar con broche de oro de una franquicia que empezase hace más de una década, esta fue mejor de todas.
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