ATOMIC BLONDE - CRÍTICA
- Por: Aceves117
- 13 sept 2017
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 oct 2020

Después de la bocanada de aire fresco que representó John Wick para el cine de acción, el codirector de ésta, David Leitch, regresa con fuerza para demostrarnos por qué la mujeres son las mejores “badass” a la hora de conmover y estimular nuestros sentidos en secuencias de acción coreografiadas hasta el más mínimo detalle. Y es que hay que decirlo, Atomic Blonde no sería posible sin la hermosísima Charlize Theron y su interpretación de Lorraine Broughton, una espía del MI6 sumamente fría y calculadora que durante los 120 minutos que dura el metraje, no enseña que además de estilo y porte, posee una fuerza física que muchos quisiéramos para poder patear a cuantos traseros se nos pongan en enfrente.

Voy admitirlo, la película me encanto. No puedo atreverme a decir que es la mejor película de acción de los últimos años, pero si puedo decir que es la mejor cinta de acción de lo que va del año. Y es que Atomic Blonde exuda personalidad, desde la fotografía, la banda sonora, el vestuario, los personajes, TODO, da como resultado un popurrí de sensaciones que implantan en la cinta su ceño de identidad de principio a fin. La cinta nos lleva hasta el año 1989, a días antes de la caída del famoso muro de Berlín, símbolo de la inconformidad, opresión, intolerancia y rebeldía que se vivía por esa época. Es pertinente mencionarlo por que al igual que Charlize Theron, Berlín y sus alrededores son por si solos, un entorno lleno de vida que bien pudiese pasar como un personaje mas. En ese sentido, el trabajo final da como resultado a un Berlin llamativo, lleno de colores y luces de neón que sobresalen durante todo el discurso, y dan a Charlize Theron y James McAvoy la oportunidad de brillar en todo momento.
En cuanto a la acción, no debo mentir cuando digo que la película cuenta con momentos brillantes que dan paso a los golpes y los gritos de manera orgánica y fluida, dando como resultado secuencias de acción (eso sí, muy estilizadas), pero muy bien coreografiadas que sube el pulso y nos hacer decir “AHUCH”. Además, la película cuenta con un plano secuencia que por sí solo, aun con su escasa duración (cinco minutos), es meritorio de mención por la crudeza, la adrenalina y la vulnerabilidad que este proyecta al respetado.

Desafortunadamente, no todo es color de rosas (o en este caso, luces de neón), ya que la cinta sufre del llamado “Estilo sobre sustancia”, lo cual se resume en una historia bastante masticada y falta de originalidad. No es que sea mala, solo que no podemos tildarla de excepcional, y es una lastima por que viniendo de una adaptación (The Coldest City), uno pensaría que este apartado estaría más pulido, cosa que por desgracia no es así. Aunado con lo anterior dicho, la cinta carece de desarrollo de personajes, lo cual es interesante por que la película da por sentado que no necesitamos saber quien es Lorraine y compañía, después de todo, son espías con un pasado oscuro y ciertamente esa es la magia de ser espías, el no saber con quien se esta tratando. El problema aquí surge cuando se hace un análisis de intenciones, el por qué de las acciones, y ese sentido, nunca se dejan claras las motivaciones de Lorraine mas allá de que es su trabajo y alguien tiene que hacerlo. De más esta decir que aunque la música es un gran acierto, su intervención resulta por ser bastante monótona e intrusiva después del quinto o sexto track.

Atomic Blonde es imperfectamente perfecta. Como dije antes, no creo sea la mejor película de acción de los últimos años, pero si creo que es una de esas películas que te recuerdan por qué vale la pena seguir explotando el género, y es que aun con sus altibajos, la cinta sale a flote gracias a un director que le gusta y se siente cómodo al hacer este clase cine, y a una Charlize Theron que imprime carisma a donde quiera que va. Sin, dunda, la mejor película de acción de lo que va del verano.
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